Más vale tarde que nunca, por supuesto; pero hay que ver el tiempo que llevamos diciéndolo (tanto nosotros como el conjunto del «facherío»). Tantos artículos, tantas denuncias…[1] Y he aquí que, por fin, la verdad acaba de estallar oficialmente en Estados Unidos, donde Donald Trump prosigue su revolución… conservadora, y ustedes ya nos entienden.
Así lo contaban en The Objective.
El Departamento de Energía de Estados Unidos ha publicado esta semana el borrador del informe Una revisión crítica de los impactos de las emisiones de gases de efecto invernadero en el clima de Estados Unidos, elaborado por el Grupo de Trabajo sobre el Clima. Se trata de un documento demoledor y de enorme importancia, por cuanto supone la primera vez que un gobierno cuestiona de una manera científica la existencia de una crisis climática y las medidas que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros países apoyan para combatirla.
El informe constituye de facto la justificación científica de la Administración de Donald Trump respecto a la decisión de la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA) de anular la norma de 2009 que establecía que las emisiones de CO2 son una amenaza para la salud pública. En un cambio total de paradigma, el documento sostiene que las concentraciones elevadas de dióxido de carbono potencian el crecimiento de las plantas, lo que contribuye al «reverdecimiento» y al aumento de la productividad agrícola. También reducen la alcalinidad de los océanos (menos pH), lo que se decía que podía dañar los arrecifes de coral, aunque la reciente recuperación de la Gran Barrera de Coral sugiere lo contrario.
El informe también admite que el CO2 actúa como gas de efecto invernadero, calentando el clima, pero asegura que los escenarios futuribles más utilizados han exagerado las tendencias de emisiones. En este sentido, la Asociación de Realistas Climáticos, compuesta por científicos españoles, ya ha advertido de cómo los modelos climáticos globales ofrecen una orientación limitada sobre la respuesta del clima al aumento del dióxido de carbono. Concretamente, considera que los modelos suelen exagerar el calentamiento existente, especialmente en la superficie y en la troposfera baja y media, dando lugar a proyecciones catastrofistas.
Volviendo al informe norteamericano, éste asevera que la mayoría de los fenómenos meteorológicos extremos no muestran tendencias significativas a largo plazo, destacando que los datos históricos no respaldan las afirmaciones sobre el aumento de la frecuencia o intensidad de los huracanes, tornados, inundaciones o sequías. También señala que el nivel del mar global ha aumentado veinte centímetros desde 1900, pero predominan las variaciones regionales, debidas sobre todo al hundimiento local del terreno. No existiría una aceleración histórica.
Muy al contrario, la atribución del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos a las emisiones de CO2 de origen humano se complicaría por la variabilidad natural, las limitaciones de los datos y las deficiencias de los modelos. Por ejemplo, la actividad solar podría haber contribuido más al calentamiento de finales del siglo XX de lo que se estima habitualmente.
Este informe viene a incidir en que el CO2 puede ser menos perjudicial para la economía de lo que se suele suponer, y que las políticas de mitigación agresivas causan más daño que beneficio. Las estimaciones del coste social del dióxido de carbono son muy sensibles a las hipótesis y ofrecen una visión independiente limitada. También señala que las políticas climáticas tendrán un impacto directo insignificante en el clima mundial, y que cualquier efecto se manifestará solo un futuro muy lejano.
El documento ha sido elaborado por el Grupo de Trabajo sobre el Clima 2025, un grupo de cinco científicos independientes reunidos por el secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, con experiencia diversa en ciencias físicas, economía, ciencias climáticas e investigación académica. Los autores son los doctores John Christy, Judith Curry, Steven Koonin, Ross McKitrick y Roy Spencer. El Departamento de Energía ha abierto un plazo de 30 días para comentar el informe.
- Como muestra un botón: cuatro entre los muchos artículos publicados en EL MANIFIESTO.https://elmanifiesto.com/por-que-el-cambio-climatico-se-ha-convertido-en-religion-del-poder/ (Artículo de José Javier Esparza).
https://elmanifiesto.com/grandes-cientificos-italianos-sueltan-una-bomba-sobre-el-cambio-climatico/
https://elmanifiesto.com/cambio-climatico-y-predicciones-fallidas/ (Artículo de Fernando del Pino Calvo-Sotelo). ↑