Os lo dice la izquierda madrileña, que la odia. Y Vox-Madrid que también le tiene inquina porque Monasterio a su lado es como Beatriz Galindo comparada con Isabel la Católica: no es lo mismo saber latín que saber juntar votos de los hispanohablantes. Os lo dice el gobierno de España, cuyos ministros la odian, la vituperan, la injurian y la calumnian a destajo. Os lo dice el presidente del gobierno, que pide su dimisión con la misma tozudez aunque con menos bilis que Manuela Bergerot, portavoza de Más Madrid en la vida real y gobernanta de gulagh en sus sueños íntimos. Os lo dicen los sindicatos del marisqueo y el pelotazo inmobiliario, los propagandistas de la 3, la Cuatro, la Cinco y la Secta, los opinólogos de las tertulias y el Comité Central de TVE, quienes la aborrecen con la misma intensidad que la quieren lejos cuanto más lejos mejor. Os lo están diciendo a diario pero no hacéis puñetero caso porque, claro, sois el PP: cualquier atisbo de inteligencia —no digamos astucia— que choque contra los intereses de vuestra casta dirigente —pepera—, se ahoga en las inmensas lagunas del quiero y no puedo, del correr pero no adelantar; mejor un botarate que se equivoque con el botón y apruebe la reforma laboral del gobierno que el riesgo de perder el control de todos los botones. Sois así.
Ni simpatizo con el PP ni he votado nunca a ese partido, ni ganas… Pero Ayuso es Ayuso. Y cuando todos los cavernarios del “progresismo” se confabulan contra ella, con tantísima histeria, por algo será. Os lo están diciendo muy claro; muy, muy claro. Pero os falta oído y una pizca de valor.