Sobre la guerra de Ucrania y sus implicaciones generales nos ofrece su visión todo un especialista, el conocido General de División (ret.) Rafael Dávila Álvarez.
Camino de cuatro años de guerra, los dirigentes políticos incapaces de lograr una paz deberían retirarse de la política. La guerra es un asunto demasiado serio para dejarlo en sus manos.
Ucrania
Se debate un acuerdo de paz. Las condiciones son muy duras para Ucrania. Parece una capitulación en toda regla. Trump dio sólo unos días para que Zelenski acepte un plan trazado desde Alaska. Los negociadores principales han sido Rusia, Estados Unidos y Turquía. Ucrania y Europa se encuentran con todo hecho y gran parte deshecho. Ahora esta mezquina Europa mete su patita en la negociación como si a ellos, en cerca de cuatro años, les haya interesado la paz. Sus generales de alto standing (como suena) nos asustan con un ataque ruso en pocos años. Las declaraciones del jefe del Estado Mayor francés avisando de un ataque ruso a Europa y chino a Taiwán deberían ser revisadas y corregidas. Es un abuso de posición inaceptable y además sin fundamento. Inaceptable meter miedo desde quien manda en las armas y dispone de armas nucleares. Parece que ha sido dirigido por la política.
¿Qué va a ocurrir? Es muy duro, pero los finales de cualquier guerra son consecuencia de que uno la gana y otro la pierde. Siempre surge la misma pregunta: ¿Para llegar a esto no podíamos haber evitado tanta muerte?
La paz llegará, pero, se acepte uno u otro plan, los rescoldos del enfrentamiento tardarán tiempo en apagarse de manera definitiva. Tres años de guerra no se olvidan tan pronto y muchos combatientes vagarán de un lado a otro preguntándose el porqué. No sabrán si son héroes o culpables y pronto hasta su nación se olvidará de ellos. Mendigarán soldados vencedores y vencidos. El paso a la delincuencia y a organizar bandas armadas está ya descrito por Maquiavelo.
Está claro que esta guerra debe terminar y que se impone una paz. Alguno dirá que no a cualquier precio. Es cierto, pero también lo es el fracaso que supone mantener un estado de guerra durante cuatro años sin el más mínimo atisbo de paz. ¿Servirá esta paz para que otros aprendan que invadir otro país sale gratis? Es pronto para saber como evolucionará la situación, pero esta guerra iba camino de convertirse en un holocausto imparable y de consecuencias inimaginables. Hay que parar la guerra ¿Se logrará? Trump, Europa y sobre todo Ucrania valoran la situación y en breve habrá respuesta. Me adelanto sin más datos que la intuición: la paz está a las puertas y llegará en Navidad o Año Nuevo.
¿Atacará Rusia a Europa?
Europa se encuentra en una situación que de alguna manera es también una derrota política y debe cuidar la parte militar. No ha sabido estar a la altura en un conflicto que, en parte, ella misma ha provocado y ahora necesita armarse para la paz. ¡Que contradicción!
La OTAN es un juguete roto que deberá plantearse su futuro para reconvertirse en algo eficaz y creíble.
Convendría dejar las cosas claras y no dejarse engañar por diagnósticos que en nada reflejan la realidad de guerra. El constante anuncio de que Rusia, en breve o a medio plazo, va a atacar a Europa es simplemente falso. Europa se extingue después de una historia de permanente guerra y una cultura que se desvanece por renunciar a su maternidad.
Ahora se ha convertido en mentirosa como niño asustado ante la indefensión en la que se encuentra: sola ante el mundo. Alimentada, cuidada, abrigada y mimada, de repente se encuentra con que papá y mamá ya no están. Llora y grita, se desespera, no encuentra el bastón donde apoyarse; Estados Unidos tiene que atender otros asuntos, le nacen nuevos hijos que requieren su atención, el gas no llega de Rusia y China sólo está interesada en el comercio. ¿Qué se han creído estos europeos? No merecen ni una guerra. Mejor ocupemos sus tierras ahora que abren las puertas porque no tienen quien las trabaje. Europa ya está vieja y le ha crecido demasiado la soberbia. Su grito de guerra llega tarde y sólo es un intento de retardar su desaparición.
Sin armas, sin defensa, sin ejércitos, sin moral, sin filosofía, sin gas, sin petróleo, sin chips, sin europeos…, sin futuro.
“No tienes armas ni Ejército, sólo me queda decirte ¡Adiós, Europa! No es necesario que te ataque nadie. Tu sola serás penetrada a través de tus fáciles fronteras y la imposición de nuestras ancestrales leyes que son fruto de una cultura que deberás aceptar, respetar. Os la impondremos. Es cuestión demográfica y el tiempo corre en tu contra.”
La historia de la humanidad tiene sus ciclos, y éste es indudablemente uno que está cambiando el mundo conocido. Europa asustada pretende resucitar gritando ¡que viene el lobo!, cuando ya se han comido su corazón. […]
A modo de conclusión
Estamos a las puertas de poner fin a la guerra en Ucrania. Paz o ¿capitulación? Por ahora paz y luego diálogo.
Rusia no va a atacar a Europa a pesar de que Europa está indefensa y depende de los Estados Unidos. Señalar a Rusia como enemigo forma parte de un gran negocio: el de las armas y la tecnología. Moviliza las conciencias, exige disciplinar a la población y controlarla con mensajes de miedo. Hay que fabricar armas y movilizar a la población.
Mientras Europa, en manos de aficionados al poder y dinero, abre sus fronteras, la invasión se produce a diario y las armas las recogerán los invasores. Hemos perdido la guerra. Esperemos que su final no provoque otra peor.
El enemigo de Europa es su estúpida soberbia y una colección de dinosaurios que nos enterrarán con ellos.
Ni Putin ni Xi Jimping ni Trump son los culpables. Europa nos ha convertido en algo inerte, nos ha transformado en cosas. Nos manejan y ahora nos quieren llevar a la guerra. Seguirá creando y manteniendo una fuerte industria militar. Ahora está indefensa.
Son culpables. El Gobierno de España sigue su estela.
Nos manejan sin respeto y con ligereza buscan dominar el alma de los hombres. Contra ello sólo hay algo muy complejo: luchar por la libertad; que exige mucho sacrificio y conocimiento.
Presten atención y no se dejen llevar por las imágenes que les penetran hasta convertirles en una simple pantalla receptora y hombre anuncio.
Es el poder de la fuerza que se inició con un gran poema: la Ilíada. El único cambio que desde entonces se ha producido es la introducción del deshonor como gran protagonista.
«Hay muchas terribles maravillas, pero ninguna más terrible que el hombre» (Coro en Antígona).
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