6 de agosto de 2025

Director: Javier Ruiz Portella

La Gran Sustitución. Los argelinos ya pueden, en Francia, decantar las próximas elecciones

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En una entrevista en la radio estatal Alger Chaîne 3, el exdiputado europeo Karim Zeribi se felicitó por el peso electoral que él y sus compatriotas habrían adquirido en Francia. «¡Somos cinco millones!», declaró, no sin cierto orgullo. «Si nos movilizamos al 50 %, tenemos casi un 10 % de peso en unas elecciones presidenciales. ¿Saben lo que es un 10 %? ¡Que la comunidad argelina instalada en Francia puede decidir quién es el presidente de la República! »

En X, muchos se muestran escandalizados por estas declaraciones. «Así estamos: algunos dan por sentado que el destino de Francia ya no está en manos de los franceses, sino de una comunidad extranjera organizada en un lobby electoral», lamenta, por ejemplo, un internauta. «La lealtad de Zeribi está claramente con Argelia», observa otro.

Marc Vanguard, tuitero de referencia en cuestiones demográficas, se muestra más mesurado. «No, no hay 5 millones de argelinos en Francia, y menos aún en el censo electoral», rebate. «Según los datos del INSEE, incluso incluyendo a los nietos de inmigrantes, las estimaciones más altas ascienden a 2,7 millones. No es la primera vez que las autoridades públicas y los grupos de presión argelinos intentan intimidar a Francia exagerando las cifras de su diáspora. Es intencionado.»

 

Una comunidad que pesa mucho

Dado que las estadísticas étnicas están cuidadosamente prohibidas en Francia, nadie sabe con exactitud cuántos miembros tiene la diáspora argelina en Francia. Si Marc Vanguard quiere tranquilizar, al tiempo que reconoce que los datos del INSEE están «quizás» subestimados, otros se muestran más pesimistas. Es el caso del muy serio Thibault de Montbrial. El pasado mes de marzo, el presidente del Centro de Reflexión sobre la Seguridad Interior declaró en Europe 1 que el número de argelinos, franco-argelinos o personas de origen argelino en Francia se situaba más bien entre 3 y 7 millones. «La cifra de 7 millones me la dio en privado un asesor de un ministro », confió a un atónito Pascal Praud.

Consciente de este peso, el rector de la Gran Mezquita de París había exhortado a los suyos a «comprometerse plenamente con la acción ciudadana» en las elecciones europeas de junio de 2024. Chems-Eddine Hafiz había hecho un llamamiento a apoyar a los candidatos que «defienden la inclusión y la diversidad». Es decir: no votar a los candidatos del Rassemblement National. Un llamamiento que fue recibido con gran entusiasmo por la prensa argelina. «Se trata, en primer lugar, de convencer a los argelinos de Francia de que acudan a votar en masa», traducía TSA, medio de referencia argelino en Internet. Su número no es desdeñable y, si votan en masa, sus votos no se dispersarán gracias al sistema electoral aplicado en las elecciones europeas, que es el de la representación proporcional integral. » Tal es el manual de la injerencia extranjera.

En los temas que le interesan, esta comunidad —que constituye la mayor parte de lo que algunos denominan la «calle árabe»— no necesita ningún incentivo para movilizarse. Su peso por sí solo parece intimidar a los gobernantes franceses y dictarles, por ejemplo, el comportamiento que deben adoptar en la cuestión del conflicto palestino-israelí. No es descabellado pensar que Emmanuel Macron habría participado sin duda en la Marcha contra el antisemitismo y habría apoyado más activamente al Estado hebreo si la diáspora argelina fuera menos numerosa en Francia.

 

Bastiones locales

A nivel local, el apoyo de la «comunidad argelina» parece haberse convertido incluso en indispensable para ser elegido. En Marsella, por ejemplo, frente al embajador de Argelia en Francia, el alcalde socialista Benoît Payan no dudó en declarar que la ciudad foceana era «la mayor ciudad argelina de Francia». Un gran momento de sumisión. Y tampoco es casualidad que Sébastien Delogu, actual diputado de LFI [el partido del izquierdista Melenchon] y probable candidato a las próximas elecciones municipales en Marsella, haya viajado estos últimos días al otro lado del Mediterráneo para recordar que había «besado la bandera argelina» con amor…

La influencia de la «comunidad argelina» se deja sentir a veces incluso en la composición de algunos equipos municipales. Por ejemplo, en la ciudad de Stains, en Seine-Saint-Denis. Basta con escuchar las declaraciones públicas del portavoz de la Coordinación de las Élites Argelinas, Rachid Agoudjil: «En Stains hay 15 cargos electos. Nueve son franco-argelinos, cuatro proceden del África negra y sólo uno es francés de origen», se felicitaba en el canal argelino Essalam TV en mayo de 2024. Y el responsable argelino explicó con total naturalidad la estrategia de entrismo que hay que adoptar en Francia: «Eso es lo que hay que hacer. Nos corresponde a nosotros trabajar en los barrios para dar fuerza a nuestros franco-argelinos que se presentan. Hemos identificado otros ayuntamientos…».

¿Es esto lo que se llama la «quinta columna»?

© Boulevard Voltaire

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