«El rojipardo por excelencia», es decir, el que compagina dos cosas. Por un lado, la impugnación efectuada por Marx del dominio asfixiante de la mercancía (su «fetichismo»); por otro, la defensa de la identidad histórica y comunitaria llevada a cabo por el fascismo.Así es como es presentado Diego Fusaro, el conocido filósofo italiano, en su conversación en el el canal EL VIEJO TOPO – TV, toda ella presidida por esta idea desarrollada por el propio Fusaro: «Los que tienen una identidad son menos permeables a los mecanismos de mercado».