Jentoft, un hombre trans (transformado en ‘mujer’) que a menudo se refiere sí mismo (o a sí misma) como una madre lesbiana, ha denunciado por ‘transfobia’ a la famosa actriz noruega Tonje Gjevjon, quien considera imposible que un hombre pueda ser lesbiana (o lesbiano). La fiscalía pide tres años de cárcel para la actriz facha.
Lo hemos ilustrado con la imagen de otro sonado caso trans. El de Rachel Levine, la primera mujer transgénero que se convirtió en almirante en EE. UU. En nuestra foto aparece junto a Sam Brinton, el (o la) subsecretario/a adjunto/a de Energía Nuclear de Estados Unidos, que también es trans, en una recepción dada por la embajada francesa en Washington con ocasión del 14 de Julio, aniversario del asalto a la Bastilla en 1789.
La coincidencia es magnífica. Pues, si bien se piensa, no deja de haber una lógica, oscura aunque profunda, que enlaza el individualismo y la desacralización iniciados en la Revolución francesa con el fenómeno postmoderno que la imagen expresa.
J. R. P.
Polémica en los países nórdicos a cuenta de los límites de la libertad de expresión. La actriz y cineasta noruega Tonje Gjevjon e enfrenta hasta a tres años de prisión por un delito de incitación al odio después de decir que un hombre no puede convertirse en lesbiana por mucho que así lo desee.
Según informa el New York Post, la cineasta fue informada el 17 de noviembre de que estaba siendo investigada por hablar en contra de Christine Jentoft, una destacada activista noruega por los derechos trans, en Facebook. Jentoft es un hombre trans, transformado en ‘mujer’, que a menudo se refiere a sí misma como una madre lesbiana y que ha acusado tanto a Gjevjon como a otra mujer, Christina Ellingsen de transfobia.
La publicación en la página de Facebook de Gjevjon decía: «Es tan imposible para los hombres convertirse en lesbianas como para los hombres quedar embarazadas. Los hombres son hombres independientemente de sus fetiches sexuales». Un mensaje que, según ha explicado la propia afectada, fue publicado intencionalmente para llamar la atención sobre la dureza de las leyes de incitación al odio de Noruega.
Los comentarios de Gjevjon están bajo investigación porque irían contra una enmienda de 2020 del código noruego que agregó «identidad de género y expresión de género» en categorías protegidas contra el discurso de odio. Las personas declaradas culpables de discurso de odio se enfrentan a una multa o hasta un año de prisión por comentarios privados y un máximo de tres años por comentarios públicos. Una situación que ha hecho que diferentes activistas por los derechos de las mujeres hayan afirmado que la enmienda socava la libertad de expresión en el país.
Lesbianas contra el Gobierno noruego
Ésta no es la primera vez que Gjevjon se pronuncia sobre temas controvertidos relacionados con el género y los derechos de las mujeres. El año pasado, la actriz se enfrentó a Anette Trettebergstuen, ministra de Cultura de Noruega, alegando que malinterpretar la identidad de género y el sexo biológico tiene implicaciones «perjudiciales» y «discriminatorias» para las mujeres, especialmente las lesbianas.
«¿Tomará medidas la ministra de Igualdad para garantizar que se salvaguarden los derechos humanos de las mujeres lesbianas, dejando en claro que no hay lesbianas con pene, que los hombres no pueden ser lesbianas independientemente de su identidad de género, y arreglando el lío del género nocivo de las políticas dejadas por el gobierno anterior?», se preguntó Gjevjon.
El primer cargo de discriminación en Noruega que se centró en la identidad de género data de 2018 y se tuvo como protagonista a una mujer transgénero que se quejó de que le habían pedido que no se duchara en el vestuario de mujeres de un centro deportivo, según la organización de noticias dirigida por mujeres Reduxx. Finalmente, el juicio quedó sobreseído por falta de pruebas.
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