1 de junio de 2025

Director: Javier Ruiz Portella

Imagen de las negociaciones entre Rusia y Ucrania celebradas en 2022

¿Será este jueves cuando Zelensky firme el armisticio?

Firmar el armisticio —parece— es lo que Trump ha ordenado al ucraniano al «instarle», según las edulcoradas palabras de los medios sistémicos, a que acuda a las «negociaciones de paz» que Rusia ha propuesto celebrar en Turquía. ¿De qué otra cosa se podría tratar, sino de abordar las modalidades de la rendición de Ucrania? Es decir, de las modalidades con las que se formalice un armisticio que, posiblemente, pudiera consistir en crear una zona desmilitarizada a ambos lados de la frontera.

En tal caso, dicha zona sería parecida a la que en 1953 se creó mediante el Armisticio de Panmunjon, nombre del pequeño pueblo coreano en cuyas cercanías se firmó el acuerdo por el que cesaron las hostilidades entre Estados Unidos y Corea del Norte… sin que por ello, no obstante, se pusiera fin a la guerra; una guerra que, aun con las armas apagadas, sigue paradójica y formalmente vigente.

Ahora bien, para crear una zona desmilitarizada, se ha de saber previamente cuál es la frontera a cuyos ambos lados se va a establecer semejante espacio tampón. La cuestión es, pues: ¿acabará Zelensky aceptando la realidad de su derrota ; o, lo que es lo mismo, la imposibilidad de lograr algún tipo de victoria, por pírrica que fuera? ¿O, por el contrario, seguirán empecinados los dirigentes ucranianos en enviar a la muerte a su gente durante los años que sea? No dando su brazo a torcer, ¿seguirán sin admitir la recuperación por parte de Rusia de las partes del Estado ucraniano que son histórica, lingüística y afectivamente rusas?

No lo sabemos, por supuesto. Todo es posible. Incluso que fracasen las negociaciones y Ucrania, junto con sus aliados de la UE —los únicos que ya la sostienen— se empecine en proseguir años y años la masacre.

 

 

Hay sin embargo un indicio que nos incita a pensar que ello no es así y que la paz podría estar cerca. Este indicio es la forma en que los medios sistémicos han acogido la noticia al caer esta tarde. Uno se hubiese esperado a que grandes titulares saludaran una noticia tan esperanzadora como la del encuentro personal —eso parece, aunque no está del todo confirmado— entre los mismísimos Putin y Zelensky. ¡Pues no, nada de eso! Un silencio glacial es lo que ha acogido la noticia, relegada a alguna columna secundaria en la primera página de unos periódicos a los que maldita la gracia que les debe de haber hecho que pronto quede oficialmente refrendada la derrota, no ya de unos Estados Unidos que, desde la llegada de Trump se han retirado de la lid, sino de la OTAN y de la UE.

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