ÚLTIMA HORA. Con inaudita rapidez, la Corte Constitucional de Rumanía acaba de rechazar la denuncia presentada por Gheorghe Simion. El puchero ya ha sido servido y comido. ¡Hala, perros, fuera de aquí!
BUCAREST. 22.5.2025. Para ElManifiesto.com
No basta con denunciar el macropucherazo electoral que los manejos de Bruselas y la oligarquía globalista han infligido a los patriotas y al pueblo en general de Rumanía. Además de ello (ya plasmado en mi crónica del pasado lunes) hace falta detallar en la medida de lo posible los principales componentes del pucherazo.
Veámoslo.
Una serie de indicios
En primer lugar, llama la atención la magnitud del aumento de votos obtenidos por el presidente «electo», Nicușor Dan, entre las dos vueltas. Haber obtenido de golpe 4,2 millones de votos más es una cifra enorme. Significa que de apenas un 20% de votos en la primera vuelta, pasó a obtener un 54%. «Es algo muy extraño. Nunca —hacen observar destacados articulistas internacionales como el francés Regis Le Sommier— se ha visto nada parecido».
Un análisis más detallado de los resultados ha revelado además algunos casos extraños. Gheorghe Simion se ha preguntado por el número de votantes oficialmente contabilizados, estimando que es imposible que 11,5 millones de rumanos hayan podido votar el 18 de mayo. Según él, un número importante de votos contabilizados procedería en realidad de personas fallecidas cuyos nombres no habrían sido eliminados de las listas electorales.
Otras anomalías también plantean interrogantes, como los resultados del condado de Ilfov, donde un republicano estadounidense observó que una participación tan masiva ( un 81 % frente a una media nacional del 64,7 %) se vio acompañada de un voto masivo a favor de Nicușor Dan.
La cadena de televisión francesa CNews recordaba que, en diciembre de 2024, Călin Georgescu «fue destituido, supuestamente por injerencias rusas. Era totalmente falso, pues la investigación sobre TikTok reveló que, por el contrario, quien estaba detrás de estas acciones en Tik Tok era un candidato rumano del partido en el poder».
Macropucherazo… y Macron por en medio
George Simion también se ha hecho eco de acusaciones de injerencia extranjera, no rusa, sino moldava y, sobre todo, francesa. Estas últimas fueron denunciadas, más concretamente, por Pavel Durov, director de la red social Telegram, quien afirma haber sido abordado, «en primavera», en el hotel Crillon de París por Nicolas Lerner, director de la DGSE (los servicios de Inteligencia galos), quien le habría «pedido que eliminara en Telegram las voces conservadoras en Rumanía antes de las elecciones». «Estoy dispuesto a ir a Rumania y testificar en tal sentido si eso ayuda a la democracia rumana», confirmó Pavel Durov en su cuenta de X. Huelga decir que el Ministerio de Asuntos Exteriores francés lo desmintió inmediatamente, pero el ministro, Jean-Noël Barrot, expresó su entusiasmo en France Inter, evocando las injerencias «de actores rusos» que habían motivado la anulación de las elecciones presidenciales de diciembre, cuando esta acusación nunca ha sido probada.
A la espera de las consecuencias que se deriven del recurso presentado por Gheorge Simion ante la Corte Suprema, hay que constata que la película de suspense en que se ha convertido la elección presidencial rumana no puede resumirse a un enfrentamiento «proeuropeos contra prorrusos», sino que revela el rechazo de la sociedad rumana a la agenda woke de Bruselas. Una agenda que, con o sin injerencia de Macron y sus servicios, es también la suya.