¡Abajo las caretas! Están tan aterrorizados por el cambio de rumbo de la opinión pública en rebelión (otra cosa es la opinión publicada) que la oligarquía liberal y dominante no duda en echar por la borda lo único que hasta hoy parecía sustentarles y justificarles ideológicamente: la defensa de la libertad y la democracia —decían—. Lo siguen diciendo, es cierto. Tienen el cuajo de seguir proclamando esas gastadas, pisoteadas palabras que llevan ochenta años repitiendo como un sonsonete; esas apaleadas palabras antre las que no cabe, hoy, sino echarse a reír a mandíbula batiente, aplastadas como son por el despotismo del que hacen gala nuestros oligarcas.
Como un Maduro cualquiera anularon en Rumanía las elecciones cuyo ganador —el representante de la derecha radical y patriótica— no era del gusto ni de la derecha ni de la izquierda liberales (pronto habrá que dejar de llamarlas así para calificarlas de «autocráticas»). Sojuzgaron la voluntad popular en Rumanía y, ante ello, ni siquiera esconden, temerosas, la cabeza bajo el ala. No, al contrario. Ufanándose de la infamia cometida, no dudan en proclamar que la volverían a repetir. En Alemania, por ejemplo, donde dentro de un mes habrá unas elecciones decisivas. Pero su descarada insolencia nos obliga a concluir que repetirían (o repetirán) su ignominia dónde y cuándo sea menester.
Así lo hizo saber literalmente lo Thierry Breton —excomisario «europeo» que le tiene una particular inquina a Elton Musk, a X y suponemos que ahora también a Zuckerberg—, quien el pasado 9 de enero declaró lo siguiente en la emisora francesa RMC: «Lo hicimos en Rumanía y, evidentemente, tendremos que volver a hacerlo, si es necesario en Alemania».
En Alemania, donde cada vez gana más terreno la AfD (Alianza por Alemania), ese partido que defiende la identidad nacional alemana, se opone a la OTAN y a sus guerras, y desea largarse de la UE y de sus extorsiones de alma y de dineros. Primer partido en Alemania oriental, ya es el segundo partido en el conjunto del país, donde le pisa los talones a la antaño todopoderosa CDU.
Pero ya tienen preparada la solución. Clara y expeditiva. Ya sea ahora o en próximas elecciones, el día en que la mayoría de alemanes le den el poder a la AfD, no habrá ningún problema: el Régimen liberal-democrático se lo arrebatará de la misma manera que Nicolás Maduro se lo ha arrebatado a Edmundo Gonzalo y a Marina Corina Machado.
Si es que pueden.