¡A grandes males, grandes remedios! La gran fuerza de Occidente siempre ha consistido en su extraordinaria capacidad de reacción ante los males… que el propio Occidente se dedica a crear. Y en los decrépitos tiempos que son los nuestros dicha capacidad de reacción —dicha capacidad… reaccionaria, así pues— aún sigue en vigor.
Veamos el último ejemplo.
¿Se preocupan ustedes, amigos de EL MANIFIESTO, por los gusanos que, en forma de polvo, pueden contener ya desde ahora mismo nuestros alimentos? Razón no les falta, desde luego. Pero si quieren dormir un poco más tranquilos, ya pueden descargarse una aplicación para el móvil recientemente desarrollada en Alemania. Gracias a ella, basta escanear el código de barras o la lista de ingredientes de cualquier paquete, y el móvil le detecta el polvo de insectos (gusanos, saltamontes, escarabajos…, lo que sea) contenido en la rica harina, las deliciosas galletas, el suculento puré de patatas, los nutritivos potitos para bebés o los cientos y cientos de artículos de todo tipo en los que la codicia de nuestros plutócratas, compinchados con los jerarcas y gerifaltes de la Unión denominada «Europea», han destilado en ellos.
Lo hacen aviesamente, los muy taimados. Nunca lo indican con la claridad que la cosa exige. Nunca verá usted ninguna etiqueta que rece: «ESTE PRODUCTO CONTIENE POLVO DE GUSANOS». Huyendo a todo correr, nadie lo compraría. Por ello, las multinacionales de la alimentación lo esconden con rebuscada terminología en la letra pequeña del etiquetado. Y es ahí donde llega nuestra app de acertado nombre (InterInspect) para inspeccionar lo que realmente contiene el producto.
Descárguense, pues, la app (aquí tienen el enlace) y que les aprovechen sus gusanos, sabandijas y escarabajos a los globalistas que, ejecutando lo ordenado por la Agenda 2030, ya han puesto en pie en Salamanca la mayor fábrica de polvos gusaneros de toda Europa. Sí, han leído bien. La mayor de toda Europa. Y en España. Y funcionando a pleno rendimiento.
