Quien lo afirma con toda seriedad no es cualquiera. Es el importante diario argelino Echorouk, el cual advierte de que el régimen marroquí estaría preparándose a repetir contra Ceuta y Melilla la invasión multitudinaria con la que en 1975 se adueñó del Sáhara español. Si les funcionó una vez, ¿por qué no les funcionaría otra? ¿O acaso España es más fuerte y está más dispuesta a luchar por la gloria y el honor ahora que hace cincuenta años?
«En primer lugar, Marruecos cree ahora —señala el periódico argelino— que el apoyo de Israel y la presencia de Trump en la Casa Blanca podrían facilitar un ataque contra Ceuta y Melilla, especialmente dado el caos mundial de grandes guerras que podrían eclipsar las menores».
»Marruecos —prosigue diciendo— tiene un historial de utilizar la migración como herramienta de presión sobre España y Europa. Además, el fortalecimiento de los lazos de Marruecos con potencias globales, como Estados Unidos e Israel, le otorga una mayor influencia diplomática en foros internacionales como las Naciones Unidas y la Unión Europea»..
El artículo, firmado por Hamdi Yahya, desvela también el tipo de invasión más probable: «El Majzen (gobierno) cree que su ataque, con una marcha humana de dos millones de personas sobre las dos ciudades, no puede ser tratado por españoles y europeos como una guerra, sino como la imposición de un hecho consumado».
Por último Yahya afirma que «las ciudades de Ceuta y Melilla se encuentran en territorio marroquí, pero paradójicamente son ciudades españolas» porque el «el Majzen (gobierno) las cedió hace mucho tiempo».
Las recientes fricciones entré Sánchez y Trump, sumadas a la preferencia estadounidense por Marruecos sobre España, la necesidad de expansión hacia el norte de Marruecos para aumentar su influencia en Europa y la indefensión de Ceuta y Melilla por parte de la OTAN generan el caldo de cultivo perfecto para que, en cualquier momento, Marruecos lance una marcha migratoria sobre las ciudades autónomas para adueñarse de ellas.
El artículo señalaba también que parte de la sumisión de Sánchez con el régimen marroquí se debe a un intento de retrasar la inevitable marcha sobre Ceuta y Melilla a las que el régimen califica como ciudades «ocupadas».
En ese escenario, los informes de inteligencia sugieren que Estados Unidos se posicionaría como neutral, aunque inclinado hacia Marruecos, y que España, de querer pasar a la vía militar, contaría con muy pocos probables aliados en la contienda, tales como Argelia, el Polisario, Irán de forma encubierta o a través de guerra informática, Hezboallah o Rusia de forma indirecta por sus intereses regionales.
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