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Cambian los tiempos, cambia el mundo
Cambian… y cambian para bien. Tal es el rasgo más importante de nuestros días —esos días que tantas veces nos parecen tristes aciagos— que Víctor
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Cambian… y cambian para bien. Tal es el rasgo más importante de nuestros días —esos días que tantas veces nos parecen tristes aciagos— que Víctor
¿Es buena nuestra sociedad? Y ¿de qué depende, en qué consiste su bondad?
independencia del progreso político y social y del desarrollo de las libertades públicas.
¡Abajo las caretas! Están tan aterrorizados por el cambio de rumbo de la opinión pública en rebelión (otra cosa es la opinión publicada) que la
Invadiéndolo todo, incrustándose por todas partes, una especie de engrudo envuelve hoy en Occidente nuestra vida de «hombres libres e iguales».
Nos decían lo que era obligatorio, dictaban el reglamento y los decretos, imponían sanciones y criminalizaban al que osara dar cuatro pasos en la vía
Entonces nos jugábamos lo mismo que hoy. Pero la diferencia, en cuanto a nuestra reacción, es brutal
Y si el marido no es fascista, ¿no vale?
Si bien es natural que de un liberal no se puede esperar una revolución, al menos podrían esperarse sanciones correctivas para aquellos como los kirchneristas,
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