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Tribuna

Cuando desaparecen la comunidad y el espíritu, la sociedad se convierte en...

Sociedad Corporal Limitada

por José Vicente Pascual

Que no tenemos alma, es algo que vienen intentando demostrar científicos y filósofos desde hace unos cuantos siglos, con bastante éxito de audiencia por cierto. Que no tenemos espíritu es un axioma que se da por supuesto merced a la simple pertenencia a la sociedad de mercado, donde cualquier definición de lo humano distinta de una breve aventura química que nace, crece, trabaja, se reproduce como mano de obra y muere, no tiene ningún sentido.

Inspiración o método en el arte

por Gerard Gual

Jorge Luís Borges, voz preeminente de la literatura universal, en un habitual alarde de conocimiento, desenmascaró la imagen extendida del Poe romántico cuyos versos emanaban directamente de una realidad etérea que le susurraba al oído, mostrando el rostro metódico y racional de sus composiciones, minuciosamente elaboradas e ideadas al margen de arrebatos divinos, bajo precisión y rigor quirúrgicos.

Cuando los invadidos carecen de fuerza e identidad

por Juan Pablo Vitali

La inmigración masiva delincuencial unida a los delincuentes vernáculos existe porque las clases medias urbanas que manejan nuestros países o al menos los administran, además de coincidir con el sistema demoliberal capitalista establecido, son lo más cobarde y miserable que puede haber.

Programa de gobierno para los países de Europa

por Damián Ruiz

Estaba yo ante el ordenador pensando qué tema sería el más adecuado para escribir el artículo semanal para este diario digital, y dudaba entre algo liviano o algo más trascendente, y de pronto me dije: "pues mira, ¿por qué no elaboras un programa de gobierno para Europa? Total, dada la talla de los estadistas actuales, -salvo Merkel y quizás Cameron-, que pueblan el continente, no pasa nada en que tú también lo hagas".

Gloria a Caín

por Xavier Río

Y sucede que cuando una cultura no amarra su ser en la pervivencia de un arquetipo que franquea lo contingente, lo puramente temporal o histórico, el hombre deja de sentir fecunda su experiencia de la virtud, es decir, de concederle un lugar trascendente en su vida.

¿Por qué nuestros institutos se han quedado sin alma?

por Antonio Martínez

Esta mañana le he preguntado a la antigua directora de mi instituto algo que hacía tiempo que me intrigaba: sencillamente, por qué en nuestro centro (construido en 1997) no existe salón de actos. Y ella me ha informado de que, por aquel entonces, ya estaba vigente una norma ministerial que ordenaba prescindir de tal espacio en los institutos de nueva creación.