Diario de un Emboscado
Diario de un Emboscado
El II Encuentro Nacional de Objetores a Educación para la Ciudadanía, celebrado hace unos días en una universidad madrileña, me ha hecho el honor de otorgarme un premio: "Periodismo sin miedo", es el título. En realidad, quienes merecen el premio al "sin miedo" son ellos: más de 50.000 personas, de las convencionalmente llamadas "gentes de orden", que han decidido enfrentarse a un Gobierno y a la presión de su mayoría mediática para defender en los tribunales lo que consideran su derecho.
DIARIO DE UN EMBOSCADO
Ha dado la vuelta a España –y a Europa– la imagen de ese ciudadano vasco que ha roto a mazazos una "Herriko taberna" después de que los proetarras destruyeran su casa. Al calor de esas imágenes se ha planteado un problema elemental de ética política: ¿ese hombre ha hecho bien o ha hecho mal? Una sociedad sorprendentemente domesticada parece inclinada a pensar que ha hecho mal. Otros, por el contrario, creen que la actitud de ese hombre es muy lógica: ha aplicado un principio elemental de autodefensa, es decir, de defensa de la propia libertad, frente a un enemigo cuyos desmanes quedan siempre impunes. Materiales para el debate.
Los lectores de "El Manifiesto" se mojan
Mil gracias de nuevo a los lectores que han multiplicado sus comentarios sobre mis textos acerca del conflicto palestino. En un país como el nuestro, donde el debate público prácticamente ha desaparecido, es muy gratificante comprobar que hay muchísimas personas dispuestas a debatir desde posiciones intelectualmente razonables y formalmente corteses, sea cual fuere su opinión. Y como el debate continúa, nada sería más inoportuno que cerrar el grifo. Ante todo, me van a permitir aclarar una posición que ha demostrado ser muy polémica: la del realismo político.