Estamos, al menos para los lectores españoles, en verano. Se impone, pues, un artículo como éste: ligero y ameno; pero que también nos hace pensar sobre las implicaciones y consecuencias de la prohibición que durante tantos siglos pesó sobre el cuerpo de hombres y mujeres.
Todo pinta a que el culpable del calor inusual podría ser un volcán submarino que entró el año pasado en erupción, como en su momento advirtieron científicos de la NASA.