Autor:

José Vicente Pascual

Lo que nos une y lo que no nos separa

por José Vicente Pascual

El último 12 de octubre, en Barcelona. Me tocó agitar durante unos minutos la parte catalana, la senyera, de la inmensa bandera que cubría el paseo de Gracia. A mi lado, una señora muy entrada en años se esforzaba en la misma tarea. Me miró sonriente (se la veía emocionada), y me dijo con marcado acento de la tierra: "Al final, han conseguido convertirla en bandera española". Se refería a la misma senyera que todos alzábamos porque ahora es de todos.

Navegando otra vez

por José Vicente Pascual

No sé cuántos años, cuánto tiempo. Desde siempre, claro... Desde que recuerdo. Siempre hay una novela que escribir, una novela que publicar, una novela que sacar y presentar en sociedad.

Un rey para las porteras

por José Vicente Pascual

El rey no está por encima de la ley ni por encima de nadie porque en esta democracia de churras y modistas todos somos iguales. Por supuesto: todos iguales. Pero todos no somos lo mismo. A la vista de cómo barren el patio los republicanos, de verdad que se le quitan a uno hasta las ganas del "Viva la República". Maldición.

Chapuzas en el Oasis

por José Vicente Pascual

Y así va el Oasis. Cuando sea país independiente, por las trazas y forja del proceso nacional, lamentablemente habrá que dejar de llamarlo Oasis para rebautizarlo con más precisión: La Gran Chapuza.

Rusia, los gays y todo lo demás

por José Vicente Pascual

Tampoco podemos obviar lo que parece comprobado: el trato denigratorio y en ocasiones violento que han sufrido algunos homosexuales en Rusia. La solidaridad con las personas injustamente tratadas es irrenunciable, sean cuales sean sus convicciones. Aunque, en este caso, el problema no es la legislación sino justamente la falta de rigor de esa legislación que debería proteger efectiva y eficientemente a todos.

Por qué España será gobernada por Evo Morales o alguno que se le parezca

por José Vicente Pascual

¿Alguien dijo crisis? Porque la crisis de 2007 pasó por Occidente igual que tantas otras y cada país respondió como supo y pudo, según su capacidad, aguante y sentido del sacrificio. Al sur europeo (los desdichados PIGS de la UE), les tocó la peor parte, según lo previsto. Y a España la devolvió de golpe a su auténtica realidad económica, social y política. No estamos en crisis sino instalados con demasiada urgencia, aún perplejos, en la verdad de nuestro desnudo veraniego y playero: un desastre.