Ante unos crímenes con firma y sello islamistas, nuestros mandamases parecen preocupados sobre todo por evitar que caigamos en la "islamofobia".
Para aclararse un poco
No todos los musulmanes son islamistas. No todos los islamistas son yihadistas. Pero es un hecho que los yihadistas se han convertido, a ojos de muchos musulmanes, en la auténtica vanguardia del islam.
La violencia religiosa no es un problema religioso: nadie ha declarado hoy la guerra al mundo en nombre de Cristo, Buda o Visnú. Sí en nombre de Mahoma, y por eso estamos un problema específicamente islámico, cuyas raíces sólo los propios musulmanes pueden arrancar.
El vector principal es el proyecto norteamericano de construir un mundo unificado bajo su propia hegemonía.
Las de Femen lo que realmente quieren no es denunciar a los verdugos de un bando –su pretexto habitual–, sino matar de nuevo a las víctimas del otro.
Detrás de la caída masiva de viejos líderes aparece el proyecto de convertir al PP en algo distinto a lo que ha venido siendo. El núcleo duro del Gobierno marca el camino a Génova.
