EMC
Sabíamos que hace unos 12.900 años ocurrió una gran catástrofe en la Tierra. Los proboscídeos del hemisferio norte –mastodontes y mamuts- se extinguieron todos a la vez. Culturas de la Edad de Piedra notablemente desarrolladas, como la de los cazadores del norte de América –descendientes de los primeros que llegaron desde Asia-, sucumbieron sin dejar más rastro que sus utensilios. Algo ocurrió para que el clima del planeta se enfriara súbitamente, enfriamiento que duraría más de un milenio. Hasta ahora se barajaba la hipótesis de un cambio climático. No obstante, faltaba saber algo fundamental: ¿Qué pudo producir un cambio climático tan súbito y radical, que impidió a tantas especies adaptarse para sobrevivir? La respuesta está en un cometa.
La hipótesis la ha avanzado un equipo de geofísicos norteamericanos. Pronto la expondrán en Acapulco, en el congreso de la Unión de Geofísicos Americanos. Hace unos 13.000 años, un cometa colisionó con la Tierra. “Este cometa –explica el geofísico Allen West- desencadenó una ola de seísmos que cambiaron la Tierra profundamente. El cometa era de dos o tres kilómetros de diámetro y se rompió justo antes de impactar con la Tierra, lo que dio lugar a una cadena de explosiones, cada una de las cuales equivalía a la de una bomba atómica. El resultado fue el infierno en la Tierra. Todo el hemisferio norte estaba en llamas”. Una lluvia de bolas de fuego se extendió por todas partes. Nada pudo sobrevivir.
¿En qué se basa la hipótesis del cometa? En el hallazgo de gran cantidad de diamantes microscópicos en veintiséis lugares distintos de Europa, Canadá y América. Esos diamantes diminutos serían los restos de un gigantesco cometa rico en carbón. Las altísimas presiones y el calor que se crearon tras el golpe, convirtieron el carbón en polvo de diamantes. “Las olas del impacto y el calor debieron ser tremendos –dice West-. Sin duda quemaron la ropa de piel que llevaban los hombres y mujeres de aquel momento. También las tierras verdes del hemisferio norte se quemarían. Los grandes herbívoros que hubieran sobrevivido a la explosión original, como los mamuts, morirían de hambre tiempo después. Sólo los animales capaces de alimentarse a base de un gran abanico de distintos tipos de comida –como los propios humanos- pudieron sobrevivir a la catástrofe.”
En este momento la Tierra venía de la última Edad del Hielo. Aunque el clima estaba calentándose poco a poco, extensos campos de hierba todavía cubrían altas latitudes. El cometa habría colisionado con el hielo, haciendo que éste se derritiera. El agua habría ido a parar al Atlántico, trastornando el flujo de sus corrientes, incluyendo las corrientes del Golfo. El efecto a largo plazo fue una ola de frío que duró 1.000 años, y que golpeó Europa y Asia.