Llamamiento de Éric Zemmour a la nación francesa (subtitulado)

La candidatura de Éric Zemmour a la presidencia francesa ya había recibido, 24 horas después de haber sido lanzada, más de dos millones de visualizaciones.

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En exclusiva para los lectores de EL MANIFIESTO ofrecimos ayer, 30 de noviembre, el video con el que Éric Zemmour presentó su candidatura a la presidencia de la República francesa. Dicho video, sin embargo, no estaba subtitulado. Ahora que sí lo está, lo volvemos a presentar a fin de que todos puedan seguir sin obstáculos lingüísticos esta vibrante, emocionante declaración que, 24 horas después de haber sido lanzada, ya había alcanzado más de dos millones de visualizaciones (en el momento de escribir estas líneas: 2.407.549).

Poco hay que comentar sobre este video que va desgranando verdades como puños con la Séptima de Beethoven como fondo musical (inteligente guiño a la naturaleza profundamente europea del combate que toca emprender tanto en Francia como en todas partes). Vean este video y sorpréndanse escuchando a un hombre político sumamente culto y cuyo lenguaje nada tiene que ver con el que suelen rebuznar los de su gremio (tanto allá como acá): esa cosa apelmazada y vacua a la que, en español, llamamos "lenguaje politiqués".

Lo que importa en las palabras de Éric Zemmour no es sólo la defensa de una civilización y una identidad colectiva amenazadas de desaparición a manos de la invasión extranjera. Lo que importa también (y aún más aquí en EL MANIFIESTO) es la invocación que se hace a la historia, a la alta cultura, al arte, a la belleza y a la literatura como componentes fundamentales de la identidad colectiva. Así, junto con los nombres de los principales héroes de la nación francesa, son los de diez grandes escritores y filósofos (Molière, Racine, Pascal, La Fontaine...) los que un hombre político (¡sí, sí, un hombre político, han leído bien!) evoca en los escasos diez minutos que dura la presentación de su candidatura. Los demás hombres políticos (y las mujeres...) —esos burros que nos gobiernan tanto acá como allá— no es que no evoquen tales nombres; es que la mayoría ni siquiera los conocen. O casi. 

La alta cultura, el arte y la belleza son la savia misma por la que fluye nuestra identidad

Bueno sería que Vox, la única fuerza identitaria existente a este lado de los Pirineos, tomara ejemplo de tal planteamiento y asumiera con mayor ahínco algo que conoce de sobra, pero que a veces parece olvidar: la alta cultura, el arte y la belleza, lejos de ser adornos con los que nos entretenemos los intelectuales, son la savia misma por la que fluye nuestra identidad. La de todos.

 

Para ver los subtítulos hay que pulsar en "YouTube" y, si no está activada, activar la función "Subtítulos" en este icono:

  

 

 

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