El líder venezolano era amigo del terrorista
La muerte de Marulanda, “Tirofijo”, y el espeso silencio de Chávez
elmanifiesto.com
04 de junio de 2008
Chávez habló durante largas horas sin pronunciar una palabra sobre el deceso del viejo guerrillero, de cuya amistad se ha preciado durante años. Gloria Marín, hija del guerrillero muerto, había sido acogida en Miraflores y en la Asamblea Nacional. En el video de Telesur aparece el guerrillero Timoshenko, en una hacienda venezolana, reconociendo la muerte de Marulanda. Tanto él como Iván Márquez residen en Venezuela.
A.C. DEMOCRACIA Y DESARROLLO/CARACAS
Pocas veces hubo frustración tan generalizada, entre amigos y adversarios del régimen, por la cancelación de, programa de Chávez ‘Aló Presidente’ como el domingo 25. Los corresponsales de la prensa extranjera, los embajadores acreditados en Caracas y sobre todo el Gobierno colombiano esperaban con interés las palabras de Chávez en relación a la muerte de Marulanda. El silencio del presidente se hizo más elocuente en el transcurso de la semana, pues, aparte de sus intervenciones diarias en VTV, las emisoras y televisiones fueron “encadenadas” en días seguidos, y el presidente, como es habitual, habló durante largas horas sin pronunciar una palabra sobre el deceso del viejo guerrillero, de cuya amistad se había preciado durante años.
En numerosas oportunidades dijo garantizar que una reunión de él con Marulanda facilitaría el canje humanitario y despejaría el camino de la paz en Colombia. Durante el mandato de Pastrana, uno de los factores conflictivos en las relaciones bilaterales fue la insistencia de Chávez en que se le reconociera beligerancia como actor político a Pedro Antonio Marín, “Tiro Fijo”, como el líder de las fuerzas guerrilleras más importantes. En la luna de miel con Uribe, fue también la exigencia de reconocimiento a las FARC como actor político uno de los argumentos de Bogotá para prescindir de Chávez como mediador.
Gloria Marín, hija de Marulanda, fue recibida afectuosamente en Miraflores y pronunció un discurso en el Capitolio Federal, con la excusa de que era una sesión especial del Parlamento Latinoamericano. Globovisión, canal nacional de noticias, privado, repuso las actividades públicas de la señora Marín en Caracas. Un columnista se pregunta cuáles pueden ser las razones del presidente para pretender ignorar el fallecimiento de Marulanda, siendo que con ocasión de la muerte de Raúl Reyes, como homenaje a éste, guardó un minuto de silencio en ‘Aló Presidente’ e hizo llegar su condolencia a los “camaradas” de las FARC. El tema se ha prestado a toda clase de especulaciones, pues en el archipiélago político que apoya a Chávez fue el partido comunista la única organización que manifestó su pesar y lo elogió como un gran revolucionario, marxista y bolivariano, que “deja un legado imperecedero en la lucha de nuestros pueblos contra las oligarquías y el imperialismo que nos oprimen”.
El otro interrogante tiene que ver con el video de Telesur, la cadena de TV promovida y financiada por Chávez y dirigida por su ministro de Información. Aparece el líder guerrillero Rodrigo Londoño, alias Timoshenko, informando sobre la muerte de Marulanda. El ministro neogranadino Juan Manuel Santos asegura que el video no se grabó en Colombia. Un columnista de ‘El Universal’, Nelson Bocaranda, afirma que fue grabado con un equipo audiovisual de tres cámaras que pertenece a Telesur, en una hacienda en el estado Barinas, región donde el ministro del Interior, Rodríguez Chapín, casualmente tiene una. Sostiene también que Londoño e Iván Márquez residen en Venezuela, bajo protección gubernamental. El ministro de Información puso su cargo a la orden, pero hoy fue ratificado por el teniente coronel y Telesur publicó un comunicado desmintiendo que hubiese filmado el video. La prensa mundial despliega y comenta la muerte de Marulanda. El silencio de Chávez y el video de Londoño agregan un capítulo en la tensa relación colombo-venezolana.
¿Te ha gustado el artículo?
Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.
Quiero colaborar