El comercio exterior de China alcanzó 1,34 billones de euros en los once primeros meses de 2007, cifra que supone un aumento del 23,6% respecto al mismo período del año pasado, según informó la Administración General de Aduanas de China. De ese total, 750.000 millones de euros corresponden a las exportaciones, con un aumento del 26,1%, en tanto que las importaciones ascendieron a 590.000 millones de euros, con un incremento del 20,5 %.
El superávit comercial de los primeros once meses de 2007 se situó en 161.993 millones de euros, con una subida del 52,5%. Sólo en noviembre, el comercio exterior creció un 23,9% respecto al mismo mes del año pasado, para alcanzar 142.149 millones de euros, de los que 80.013 millones correspondieron a las exportaciones y 62.136 a las importaciones. Por primera vez en el lapso de tiempo indicado, las importaciones mensuales excedieron los 60.000 millones de euros.
Al mismo tiempo, el Gobierno chino estimuló la importación de energías, recursos y productos clave, estrategia tendente a reducir las exportaciones de productos cuya fabricación implica una gran demanda de energía y a equilibrar la balanza entre exportaciones e importaciones.
La Unión Europea, Estados Unidos y Japón fueron los tres principales socios comerciales de China en los primeros once meses de 2007. Entre enero y noviembre, el comercio entre China y la UE sumó 219.557 millones de euros con un incremento del 27,3%. Entre los Estados Unidos y China, supuso 187.897 millones de euros, y entre Japón y China, 145.463 millones.
China exportó en esos once meses 431.333 millones de euros en máquinas y productos electrónicos, con un incremento del 27%, e importó 150 millones de toneladas de petróleo, un 12,5% más. Curiosamente, siendo China el primer productor de carbón del mundo, se vio obligada a importar carbón para satisfacer sus necesidades, 47 millones de toneladas, con un crecimiento muy significativo del 39%, lo que da idea de la enorme demanda carbonífera fundamentalmente para la alimentación de las centrales térmicas.
En colaboración con la industria suministradora rusa, y sin los complejos existentes, por ejemplo de forma ostensible en España respecto a la energía nuclear, China proyecta construir 30 centrales nucleares hasta 2020.