Impresionante testimonio histórico

Un español en las ruinas del Berlín nazi

Berlín, 1945. El III Reich se hunde con estrépito entre los fragores de la guerra. Allí hay un español: Ramón Garriga, responsable de prensa de la embajada de España. Este periodista catalán, testigo excepcional de uno de los acontecimientos decisivos del siglo XX, vio con sus propios ojos cómo un mundo nacía, se inflaba y terminaba estallando. Dejó sus impresiones en un libro: El ocaso de los dioses nazis, que apareció en 1945, desapareció rápidamente de la escena y ahora acaba de reeditar Áltera. Un testimonio que impresiona por su conocimiento directo de los hechos, su viveza, su planteamiento crítico y su estilo vertiginoso. A leer sin falta.

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Áltera ya había aportado a las librerías españolas dos redescubrimientos de gran interés: el libro del diplomático noruego Félix Schlayer sobre las matanzas de Paracuellos y el del corresponsal norteamericano Charles Knoblough sobre la guerra civil española. Este otro libro de Garriga se inscribe en la misma línea: es un texto de época que, a pesar de su enorme interés histórico, era ya inencontrable. Ramón Garriga fue un periodista catalán de larga trayectoria. A los 20 años de edad iba a dirigir un periódico en Barcelona cuando estalló la guerra. Colaboró con los servicios de prensa y propaganda franquistas, y después fue corresponsal de diarios como La Vanguardia. Escribió varios libros centrados en la guerra civil española, la Segunda Guerra Mundial y el franquismo. En 1976 ganó el premio Espejo de España por una biografía del empresario Juan March.
 
La Segunda Guerra Mundial y el Reich nacionalsocialista son dos de las épocas más apasionantes del siglo XX. Muchos españoles que vivieron esos años los han contado en libros, cartas, relatos orales... Los autores de estos testimonios son voluntarios de la División Azul, simples exiliados, políticos de la República, diplomáticos franquistas, traductores, espías, etcétera. Ramón Garriga es otro de estos españoles, pero no uno más. A El ocaso de los dioses nazis, publicado en España en la segunda mitad de 1945 con gran éxito, le distingue que su autor pasó toda la Segunda Guerra Mundial en Berlín, y en relaciones con los dirigentes nazis y hasta con personajes implicados en el golpe de Estado que trató de derrocar a Hitler.
 
Testigo de primera mano
 
Garriga llegó a Berlín en agosto de 1939, días antes de la firma entre los ministros de Asuntos Exteriores del III Reich y de la Unión Soviética del Pacto Germano-Soviético que hizo posible la Segunda Guerra Mundial, al desaparecer para Alemania la amenaza de la lucha en dos frentes, y abandonó la ciudad en 1945, cuando el Ejército Rojo estaba a unas docenas de kilómetros. Durante ese tiempo, asistió a la conquista de un país europeo tras otro por la Wehrmacht, al apogeo de Hitler, al cambio de la marcha de la guerra y al arrasamiento del orgulloso Reich por sus enemigos. La magnífica ciudad, donde brillaban las luces y todos tenían empleo y vivienda, se convirtió en un montón de escombros en el que los berlineses temían tanto a la Gestapo como a los soldados de Stalin.
 
El autor fue unos años corresponsal de prensa y después encargado de prensa de la Embajada de España. Muchas de las noticias y de los comentarios que anotó en su cuaderno y que no pudo escribir en reportajes o crónicas las incluyó en este libro. Conoció y trató a personalidades del III Reich como los ministros Ribentropp y Goebels, y al mariscal Rommel, pero también a diplomáticos y militares anti-nazis y a gente anónima. Escribe sobre el funcionamiento de los medios de convicción de que disponían los nazis (los policías de Himmler y los periodistas de Goebbels); de la honradez y obediencia de los militares tradicionales; de los planes para la Nueva Europa; de los bombardeos; del miedo al ruso y la esperanza nunca perdida en el inglés...
 
En El ocaso de los dioses nazis, la Segunda Guerra Mundial aparece contada desde los puntos de vista de los poderosos y de los humildes.

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