Lo explica el célebre historiador israelí Zeev Sternhell

Nazismo y fascismo. No sólo distintos: opuestos

Compartir en:

 

A su juicio el fascismo es radicalmente distinto del nazismo. ¿Qué es lo que los opone?

El determinismo biológico. El fascismo se alzó contra la Ilustración, el nazismo contra el género humano. Evidentemente, lo biológico desempeña un papel en el fascismo; éste es, en primer lugar, un nacionalismo, y este nacionalismo también tiene a menudo un núcleo étnico. Es decir, los fascistas ven la nación como un cuerpo cuya fuerza exaltan y a la que quieren defender contra todas las influencias exteriores. También hubo, por lo demás, un fascismo alemán, representando por Oswald Spengler, el historiador del Ocaso de Occidente, por Ernst Jünger, que ensalza la guerra en sus Tempestades de acero, o también por Arthur Moeller van den Bruck, partidario de una revolución conservadora. Ninguno de estos fascistas alemanes tenía una visión puramente racial de la comunidad nacional. Pero la explicación de la Historia por el racismo constituía lo esencial del nazismo, el cual exaltaba la superioridad de la raza aria sobre las demás, al tiempo que condenaba al exterminio a la raza judía. Se trata, pues, de una concepción totalmente determinista y hereditaria respecto al valor de los seres humanos.



¿Explica ello que el nacionalsocialismo haya quedado destruido, como corriente de pensamiento, en 1945, mientras que el fascismo no es ningún paréntesis cerrado?

En efecto, el fascismo sigue formando parte íntegra de la cultura europea. Constituye una propuesta política íntegra, tan coherente y estructurada dentro de su género como la democracia liberal o el marxismo, y no hay ninguna razón para pensar que hubiese sido enterrada bajo los descombros de Berlín. Esta propuesta política, que apuesta por la identidad nacional, es, además, particularmente atractiva para las clases populares y los excluidos: si eres pobre, si no tienes ni medios materiales ni reconocimiento social, te queda al menos una riqueza: tu pertenencia a una comunidad cultural.

© Philosophie magazine, mayo de 2014.
También resulta muy interesante, a la par que ilustrativa, la biografía del profesor Zeev Sternhell

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar