Aún no vencida, pero sí traumatizada la Cataluña separatista

El pujolazo. O lo que sucede en Cataluña, hoy

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No tiene precedentes y puede derivar en hechos graves la sacudida emocional que vive una parte de la población catalana —deshecha, desmoralizada, traumatizada…— desde que Jordi Pujol Soley confesara sus crímenes contra su propio pueblo, mediante el abuso de poder, la deslealtad institucional y la mentira sistemática.
Envuelto en un patrioterismo que a muchos se nos antojaba fanático y borde, Pujol enarboló toda la agitación propagandística necesaria para alcanzar sus fines devastadores, su latrocinio y su insultante manipulación y tergiversación de la Historia, a la vez que fomentaba un nacionalismo excluyente e integrista, por xenófobo, contra el resto de España.
Pillado in fraganti como ladrón, merced a la perseverante labor periodística de El Mundo, a la acción eficiente de la UDEF y de los servicios de inteligencia bajo las órdenes directas del Gobierno español (debidamente consensuadas con la oposición socialista), al delincuente Pujol se le ha extinguido el crédito y cualquier atisbo de honor que hubiera podido alcanzar en sus casi tres décadas de omnímodo control de la sociedad catalana.
Y lo que es mejor, se ha terminado que siga desvalijándonos su prole de cleptómanos, su mujer y los demás corrompidos allegados de la órbita de “su” Convergència Democràtica de Catalunya, que ni es convergente (si acaso centrípeta: “todo para mí”); ni es democrática (pues nunca lo es aquello que se perpetra con alevosía y a través de la extorsión, la estafa, la corrupción y la receptación de dádivas y privilegios); ni es catalana, dado que sus cómplices y su terreno de juego evasor e inversor es manifiestamente externo a Cataluña, a España y aun a Europa.
Añadamos sus delictivas alianzas históricas con compinches extranjeros, como la que (ya desde la época de su padre Florenci Pujol) mantuvo con David Tennenbaum, versado en el tráfico de metales preciosos y diamantes, a la vez que hábil evasor de divisas, especulador y atento buitre de rapiñas financieras y otros saqueos como el que perpetraron ambos en Banca Catalana, que fundaron bajo la égida de “hacer país” para enriquecerse ilegalmente, dejando un pufo de miles de millones de pesetas.
O agreguemos que el hijo, Jordi Pujol Ferrusola, también ha tenido su “Tennenbaum” de turno: otro judío, ahora argentino, Gustavo Sahanan, al que Jordi jr. dejó con el culo al aire en unas operaciones especulativas comprometidas, motivo por el cual dicho socio (con quien adquirió Puerto Rosario mediante dinero ilegal pagado a CiU desde el Puerto de Tarragona) acabó cantando —en El Mundo, de nuevo—: al igual que lo hizo su novia-amiga-amante Victoria Álvarez (sí, la de la grabación clandestina de una surrealista  conversación con Alicia Sánchez-Camacho, del PP, en un restaurante).
Visto esto, tiemblan los cimientos del establishment  nacionalista, dado que la veda se ha abierto y se barajan fehacientemente nuevas acusaciones sobre apaños extractivos por parte de consellers (el homólogo local de un ministro) y altos cargos que también han delinquido al enriquecerse mediante todo tipo de fechorías con dinero público o con tráfico de influencias y de información privilegiada.
Y mientras tanto, Artur Mas sigue con su vanidoso discurso perdonavidas, a la vez que  continúa emplazando a sus huestes a que voten el SÍ-SÍ en la doble consulta que se anuncia que se hará el nueve de noviembre.
Pero no saben que la maquinaria del Estado y el consenso internacional de la UE y del resto de países civilizados no lo van a permitir.
Lástima que se pierda tanto tiempo en este asunto; y lástima que no se hayan detenido y encarcelado preventivamente a unos cuantos pujoles; que encima entran y salen de España cuando les da la gana.
Así se les bajarían los humos a muchos patanes y fanáticos que deberían esconderse en las cloacas, y a los lerdos de la sociedad civil que todavía aplauden con las orejas a semejantes parásitos.

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