Los separatistas y la democracia

¡Usted no es demócrata, oiga!

–Pues verá usted... Como soy muy demócrata voy a convocar un referéndum, el día que yo diga, en las condiciones que yo diga y...

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–Pues verá usted... Como soy muy demócrata voy a convocar un referéndum, el día que yo diga, en las condiciones que yo diga y regido por la ley de consultas que yo diga, para que los ciudadanos censados en Cataluña, y sólo en Cataluña, y cuyos datos de censo sólo yo manejo, decidan si esta comunidad autónoma debe seguir siendo parte de España o no. No me venga con la monserga de que la soberanía de todos los territorios españoles pertenece a todos los españoles, eso son ideas reaccionarias contenidas en una Constitución desfasada que yo y mi partido apoyamos hace casi cuatro décadas porque nos convenía; pero acabado el beneficio, acabada la correspondencia; ya hemos sacado toda la leche que da la vaca y por aquí, en nuestra patria catalana, aparte de muy demócratas somos muy emprendedores, como sin duda usted no ignora. Y como un servidor y todos los que apoyan esta iniciativa somos muy demócratas, insisto, y ustedes no, ya le anticipo que en dicho referéndum vamos a votar por la separación. De hecho, llevamos años promocionándola sin descanso desde los medios de comunicación privados y públicos (somos muy demócratas, no hacemos distingos) que controlamos, también en los que influimos. Y como soy muy demócrata y ustedes no, igualmente le comunico que si no nos gusta o no nos complace el dictamen del Tribunal Constitucional sobre la famosa convocatoria, por mi parte no le garantizo que no se organice la de Dios en este país nuestro que se llama Catalunya, Catalunya con "ny", no con la aborrecible "ñ" española, la cual  hemos conseguido erradicar de las escuelas catalanas, a Dios gracias y también porque nos pasamos la legislación en materia educativa por el 7 de 1714, faltaría más: los "ny" somos muy demócratas y los de la "ñ" unos fachas. No molan. Pero en fin, a lo que iba. Que sí, que nos vamos a separar de España porque es la voluntad de nuestro pueblo, libremente expresada en multitud de manifestaciones callejeras, "Habla, pueblo, habla", ya sabe. Aunque, claro, todo eso ocurrirá cuando nosotros digamos, en la manera que digamos y conforme mejor nos interese; ni ley, ni Constitución ni hostias: los demócratas cumplimos la ley cuando nos parece, faltaría más. Y si ustedes nos ponen obstáculos a lo largo del proceso será porque no son demócratas como nosotros. Por supuesto: una vez separados, ustedes harán lo imposible para que se nos admita automáticamente en la UE, para que las empresas españolas o de cualquier otra nacionalidad no emigren a Madrit, para que nuestro sistema de sanidad pública, pensiones, funcionariado, infraestructuras, etc. siga funcionando sin el menor menoscabo. Si no lo hacen, es porque no son demócratas como yo y los míos. O sea, que me voy cuando y como quiero y usted estará moral y políticamente obligado a aceptar sin rechistar las condiciones del divorcio tal y como yo las establezca. ¿Lo ha entendido bien?
Ahora bien, dicho lo anterior y claramente expuestos nuestros principios, pasemos a la segunda parte del asunto: sentémonos a negociar.
–¿Qué quiere usted que negociemos, si lo tienen todo decidido, preparado y dispuesto? Hasta la urnas de cartón están encargadas. Ya me dirá usted de qué quiere que hablemos…

 

–¿Lo ve? Usted no es demócrata. Usted es un feixista.

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