La cara oculta de la movida madrileña

"La evolución de las costumbres"

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Uno de los lugares comunes más falsos de la historia cultural de la transición es el de pensar en la celebérrima “movida madrileña” como un movimiento de izquierdas, o como una reacción libidinosa a tantos años de represión y pacatería franquista. Otras cosas estaban ahí en juego.

Cierto es que, naturalmente, algo había en el ánimo de aquella generación que les impelía a hacer alarde de su ruptura y, en ese alarde, a llevar la ruptura hasta el absurdo. Se me ocurre, por ejemplo, aquella divertida escena de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón en la que Luci recibe en la cara una lluvia dorada de su amiga con una mezcla de ingenuidad y gran curiosidad morbosa. La “movida” tuvo un cierto ambiente bastante surrealista en la medida en que estuvo formada de jóvenes paletos (como la murciana de la mencionada película) adaptándose como podían a los movimientos juveniles que llegaban de Londres.
Sin embargo, la sociedad española cambió muy rápidamente (si es que no lo había hecho ya en el franquismo tardío), y la provocación también podía venir en el rechazo a esos nuevos tiempos de progresía y optimismo un tanto cursi. Este sentimiento se unió al hecho de que las tendencias musicales del momento (punk, post-punk, etc.) surgieron como un rechazo total a la pesadez de la música sinfónica de los 70 y al hartazgo total tras más de una década de hippismo. Ahí tenemos las letras e imagen provocadoras de Glutamato Ye-ye, los primeros discos de Gabinete Caligari, o este gran grupo que fue La Mode. En este tema ya no contaban con el famoso y genial Zurdo en su formación (aquel loco y muy culto personaje que pasó por las filas de Alianza Popular y la Falange), pero la maravillosa letra y una factura musical que sigue recordando a Roxy Music hicieron que la banda no decayera. Con ustedes, una gran pieza: “La evolución de las costumbres”.

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