¡Se impone descubrir a William-Adolphe Bouguerau!

Ternura, erotismo y clasicismo

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Sí, no hay por qué darle la vuelta a la realidad. No hay por qué desfigurar sus apariencias para saltar al "otro lado", para tratar de encontrar eso que a principios del siglo pasado las vanguardias se pusieron convulsivamente a buscar. Algunas, haciéndolo magníficamente bien lograron su empeño. Otras, en cambio…, acabaron conduciendo a la actual destrucción del arte. El empeño vanguardista, cuando la realidad sigue viva, cuando cuatro trazos mal dados no la matan, es legítimo. Pero el empeño clásico —siglos, no un par de décadas lo avalan— también y probablemente más. Así nos lo demuestra el gran pintor francés William-Adolphe Bouguerau (1825-1905), tan grande como poco conocido: la espuma de los días fue contra él. Pero su obra queda, está ahí: combinando la más embriagadora sensualidad erótica de sus desnudos con esa entrañable ternura con que sus personajes nos miran y contemplan al mundo. ¿No hay acaso desgarramiento bastante en toda esa tan… aparentemente apacible, armoniosa realidad?

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