Para que ciertas cosas ocurran, se necesita una cultura. Primero hay que producir esa cultura. Luego viene lo demás. La política, por ejemplo. La pobreza cultural nos da por resultado unas formas devaluadas de política, formas ideológicas a veces esbozadas con esfuerzo, pero que son sólo recuerdos, retazos, situaciones que expresan algo inacabado, en suma: la decadencia.
Por no hablar de todo el daño causado
La estulticia de los racistas (o "racialistas")
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