O si no lo es aún, lo será algún día

Otra Navidad es posible

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Ruido y alcohol es lo que sobra para la Navidad. No digo sexo porque algunos dirán que exagero. Las familias discutirán un poco qué día pasarán los niños con mamá y qué día con papá. Mamá y papá recordarán lo mucho que odian a algunos de sus parientes. Los adolescentes afirmarán su personalidad tomando más de la cuenta, y se pelearán con sus padres como sus padres se pelean entre ellos. Y seremos todos felices en cualquier lugar del mundo de un modo más o menos parecido.
 
Será una fiesta en la que festejaremos el progreso, y su tendencia a producir mucho más de todo. Más paro, más libertad, más democracia, más inmigración, más autonomía, más inseguridad, más fragmentación, más incertidumbre. Y también festejaremos la recuperación de la economía, que indefectiblemente nos dirán que crece en los números. Lo que los agricultores ya no siembran, por ejemplo, lo sembrarán las multinacionales para que el índice sea positivo. Lo que los artesanos dejen de producir lo producirán en serie las máquinas automatizadas. Las nuevas construcciones que los nacionales no puedan comprar las comprarán favorecidos extranjeros. Y finalmente todos los índices económicos cerrarán de algún modo.
 
Pero hay otra Navidad.
 
La de los fuegos, de los antepasados, de los pueblos de piedra, de las montañas, de la resurrección del espíritu, de los árboles, de las piedras talladas, de nuestra música y del arte, de los senderos, de los lobos en los últimos montes, de los labriegos y pescadores, de los blasones y estandartes, de los navíos, del sol del amanecer, de la resurrección de Europa, de los ángeles con espadas y las travesías de conquista.
 
La Navidad de las viejas canciones y el vino en toneles de roble. De los jarros pegando en las gruesas mesas de madera acompañando con su ritmo las voces. Una Navidad de estrellas y silencio, de banderas antiguas, de rincones cálidos, de familia y amistad. La Navidad de los ciclos que Europa siempre ha celebrado.
 
Esa es la Navidad que nuestros corazones guardan en un lugar secreto del tiempo.
 
¿Cuál será este año, estimado amigo, tu Navidad?
 
 
Nota de la Redacción. Deseando a todos los amigos y lectores de Elmanifiesto.com que la suya sea esta segunda Navidad, les expresamos a todos nuestras más sinceras felicitaciones en estos días en que, por mor de las fiestas, nuestro periódico seguirá estando, por supuesto, ahí, pero sin seguir con tanto rigor su cotidiana renovación.

 

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