¡Quién lo hubiera imaginado! Se cayó sin que nadie moviera un solo alfiler. No el Muro de Berlín, sino lo que encarnaba: el más sanguinario sistema de opresión nunca conocido en toda la historia (cien millones de muertos sólo en la URSS; y sin contar los millones de muertos de China, y los millones de Camboya, y los de Vietnam, y los de Corea, y los de Cuba…)
Alguna vez también hay buenas noticias que celebrar
Hace 20 años: fin de la pesadilla comunista
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