Porque también aquí el petróleo manda

Obama-McCain, guerra de perforaciones

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MARCO BARDAZZI/PAGINASDIGITAL.ES
 
En un punto están de acuerdo: la energía será uno de los temas que decidirá el voto en noviembre. Pero sobre el hambre de petróleo de América, Barack Obama y John McCain están dando la batalla a distancia. Más perforaciones en el Golfo de México y más espacio nuclear son algunas de las apuestas de McCain, mientras Obama propone un megaplan de inversiones públicas en energía alternativa.
 
En sus discursos de Houston y Dallas, en el corazón petrolero de Texas, el senador republicano atacó la idea de su rival de aumentar la carga fiscal a la industria petrolífera. Y ha puesto en el punto de mira los proyectos de Obama de aprobar un programa de 150.000 millones de dólares de dinero público en 10 años para fomentar la investigación e inversión en sectores como la energía eólica y solar, así como la nuclear "segura" y el carbón "limpio".
 
"Si son ideas que suenan familiares -declara McCain- es porque son las mismas que tenía el presidente Carter en los 70. Yo estoy a favor del reciclaje, pero sólo de papel y plástico, no de ideas políticas fallidas". El senador de Arizona, tomando distancias respecto a la política energética de Bush para poner el acento en la conservación de los recursos y los límites a las emisiones, ha prometido modificar los límites a la proliferación de perforadoras en el Golfo de México, para instalar más plataformas. "Tenemos los recursos y tenemos que tomar una decisión", afirma McCain, que está dispuesto a ofrecer incentivos a las centrales nucleares para reducir la dependencia americana del petróleo árabe.
 
Pero Obama, recogiendo el guante energético, ha pasado al contraataque. "McCain ha dicho a los petroleros de Houston lo que querían oír", afirma el candidato demócrata rechazando la idea de aumentar las perforaciones en el golfo. "Es la habitual vieja política de Washington que nos ha impedido durante décadas poder alcanzar la independencia energética".
 
La necesidad de petróleo en América, en un momento en que los precios del barril están fuera de control, hace del tema energético un motivo de enfrentamiento claro entre Obama y McCain. El senador de Illinois propone un gigantesco programa gubernamental del sector, una especie de maxi fondo de venture capital que debería estimular la innovación. Un modelo de referencia, aunque a escala reducida, es la financiación de la Sillicon Valley que la CIA lleva años ofreciendo para favorecer la investigación en el campo de la inteligencia. Para financiar el programa, Obama pretende usar los beneficios de la venta de los créditos de carbono (una idea apoyada también por McCain, aunque no compartida por Bush) y sobre todo pretende aumentar la presión fiscal de las multinacionales petrolíferas.
 
A Obama, que le acusa, en la cuestión energética como en otras, de querer dar vida a "un tercer mandado de Bush", el senador de Arizona le replica que sus ideas darían lugar a "un segundo mandato de Carter" (el presidente de los años 70, atormentado por la crisis petrolífera, fue derrotado por Ronald Reagan cuando intentó quedarse cuatro años más en la Casa Blanca). En realidad, los discursos de McCain en Texas parecían querer tomar distancias no sólo de Bush, sino sobre todo de Dick Cheney, a quien se acusa de ser un estandarte de la industria del petróleo. "La conservación de la energía -ha dicho McCain- ya no será una ilusión moral o una virtud personal. Sirve a objetivos nacionales críticos: debemos reformar toda nuestra economía energética para conseguir un mix sostenible de fuentes nuevas y más limpias". Un ataque velado a Cheney, que definió las políticas de ahorro energético como "tal vez un signo de virtud personal, pero no una base suficiente para una política energética seria".
 

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