Una entrevista que ha pasado desapercibida
Zapatero, en ‘El País’, da las claves: feminismo y menos libertad religiosa
elmanifiesto.com
02 de julio de 2008
F.H./PAGINASDIGITAL.ES
Prisa ha conseguido, in extremis, prorrogar un mes el plazo para renegociar el crédito sindicado de más de 4.000 millones. La Opa sobre Sogecable ha aumentado su deuda por encima de los 5.000 millones de euros. Quizás para celebrarlo, quizás para dejar clara su potencia de fuego, los chicos de la actual dirección de El País, con su director Javier Moreno a la cabeza, se fueron a Moncloa a entrevistar a un Zapatero cada vez más distante del grupo creado por Polanco.
La publicaban este domingo y, aunque el gol de Fernando Torres puede sepultarla en el olvido, es una pieza muy a tener en cuenta. El País lleva semanas en la oposición, sobre todo a cuenta de la política económica. Su director supo titular por donde más daño podía hacer: "Es un tema opinable, si hay crisis o no hay crisis". Moreno y sus chicos tienen obsesiones anticlericales, se les notan las fijaciones a favor de la Educación para la Ciudadanía y el deseo de que se modifique la regulación del aborto, pero han hecho un buen trabajo. La entrevista deja muy lejos aquellas épocas de complicidad entre Juan Luis Cebrián y Felipe González. Pone de manifiesto puntos débiles como el no haber ilegalizado al PCTV a tiempo o una política lingüística de sus aliados claramente persecutoria del castellano. En el ámbito de la política económica no hay sorpresas, Zapatero se limita a negar la realidad.
Quizás el más revelador es el apartado dedicado a las cuestiones sociales. De momento no hay cambio en los Acuerdos Iglesia-Estado ni en la regulación del aborto. ¿Para qué? Zapatero da las claves de lo que va a suceder este fin de semana en el Congreso del PSOE. Ha dejado que el ala más radical del partido reclame cambios en estas dos cuestiones, que tienen poca trascendencia práctica: el aborto es casi libre y no van a meterse en el lío de denunciar un tratado internacional. Aparece como un moderado y se centra en lo que, de verdad, cuenta: ideología de género y limitación práctica de las expresiones públicas de la fe. Defiende a su ministra de Igualdad con lo de "miembras" y dice de ella, como un piropo, que es una provocadora. Los Acuerdos Iglesia-Estado los vacía por dentro: "La Ley de Libertad Religiosa tiene 30 años y la realidad en España ha cambiado, hay que favorecer el pluralismo".
El pluralismo fomentado desde el Estado es una verdadera amenaza.
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