CARLOS SALAS
La casa de subastas suiza Antiquorum va a poner en venta en estos días un Rolex por 66.000 libras esterlinas. ¿Qué tiene ese Rolex para ser tan caro? Perteneció a un cabo inglés en la Segunda Guerra Mundial. Según publica The Sunday Times, el oficial se llamaba Clive James Nutting y es el protagonista de una historia sorprendente.
En 1943, este cabo del real ejército británico era uno de los miles de prisioneros aliados en el campo de concentración nazi Stalag Luft III, que se haría famoso en los años sesenta cuando Steve McQueen estrenó una película llamada La Gran Evasión.
Allí, en el campo de concentración, el cabo Nutting envió una carta a la casa suiza Rolex, en la cual solicitaba comprar uno de sus famosos relojes. Era un capricho. La carta iba dirigida al presidente de Rolex, Hans Wilsdorf, en Ginebra, y pedía concretamente un cronógrafo Rolex Oyster 3525. El precio: 250 francos suizos.
Con puntualidad suiza, Wilsdorf empaquetó el reloj y se lo envió al Stalag Luft III, situado en Zagan, Polonia, adjuntado una carta en la que pedía perdón por los posibles retrasos. Pero no hubo retrasos. El reloj de pulsera llegó al campo gracias a la eficiencia de los carteros alemanes. De modo que el cabo pudo llevar su reloj de pulsera en medio del mayor conflicto bélico de la historia.
Nutting participó en los variados intentos de americanos e ingleses de huir de aquel campo, intentos que fueron arruinados por los vigilantes alemanes. Pero Nutting no había pagado aún su reloj, porque el presidente de Rolex le dijo en la carta que no hacía falta que lo pagase al momento, sino mejor cuando la guerra hubiera terminado, y añadió que se fiaba de la palabra de un oficial inglés. Nutting lo hizo en 1948: le costó algo más de 15 libras esterlinas. Luego, fue uno de los asesores militares en la realización de la película que daría la vuelta al mundo en los años sesenta, hasta convertirse en un clásico del cine bélico: La gran evasión, de John Sturges.
En estos días, el reloj y la correspondencia entre el presidente de Rolex y el oficial inglés se subastan en un hotel en Ginebra. Pero hay más. Según confirmó al periódico inglés un portavoz de la casa de subastas, tanto Rolex como otros fabricantes de relojes suizos estuvieron enviando sin problemas relojes a prisioneros aliados en los campos de concentración alemanes durante toda la guerra.
Clive Nutting pudo reunir cierta cantidad de dinero en el campo de concentración gracias a sus trabajos como zapatero, y con ello pagó el costoso reloj. Murió en 2001 en Australia a la edad de 90 años.