Un rito grande de la Semana Santa

Al Cristo legionario, los novios de la muerte

Sucede todos los años en Málaga: la Legión llega en barco y acude a saludar a su Cristo de la Buena Muerte, al que lleva en procesión a los sones del himno legionario por excelencia: "El novio de la muerte". Es un rito grande, un rito esencial de la Semana Santa. En él se aúna lo sagrado, lo militar y lo popular.

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Ver abajo la letra de El novio de la muerte


 

El novio de la muerte
Nadie en el Tercio sabía 
quien era aquel legionario
 
tan audaz y temerario
 
que a la Legión se alistó.
 

Nadie sabía su historia,
 
mas la Legión suponía
 
que un gran dolor le mordía
 
como un lobo, el corazón.
 

Mas si alguno quién era le preguntaba
 
con dolor y rudeza le contestaba:
 

Soy un hombre a quien la suerte
 
hirió con zarpa de fiera;
 
soy un novio de la muerte
 
que va a unirse en lazo fuerte
 
con tan leal compañera.
 

Cuando más rudo era el fuego
 
y la pelea más fiera
 
defendiendo su Bandera
 
el legionario avanzó.
 

Y sin temer al empuje
 
del enemigo exaltado,
 
supo morir como un bravo
 
y la enseña rescató.
 

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
 
murmuró el legionario con voz doliente:
 

Soy un hombre a quien la suerte
 
hirió con zarpa de fiera;
 
soy un novio de la muerte
 
que va a unirse en lazo fuerte
 
con tan leal compañera.
 

Cuando, al fin le recogieron,
 
entre su pecho encontraron
 
una carta y un retrato
 
de una divina mujer.
 

Y aquella carta decía:
 
“...si algún día Dios te llama,
 
para mí un puesto reclama
 
que buscarte pronto iré”.
 

Y en el último beso que le enviaba
 
su postrer despedida le consagraba.
 

Por ir a tu lado a verte
 
mi más leal compañera,
 
me hice novio de la muerte,
 
la estreché con lazo fuerte
 
y su amor fue mi ¡Bandera!


 

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