No sabe cómo nació la bandera de España
Exhibición de ignorancia del corresponsal de “El País” en París
elmanifiesto.com
26 de noviembre de 2007
Fue en las ondas de France Culture el pasado 22 de noviembre, en el programa “Du grain à moudre”. El locutor francés, ignorante, mostraba su sorpresa porque la bandera española de hoy sigue siendo la misma que en tiempos de Franco. Y su “experto en España”, uno de los corresponsales de El País en París, Octavi Martí, todavía más ignorante, pero además petulante, precisaba: “No, no exactamente. Es la bandera de un regimiento militar que fue escogida como bandera española en el siglo XIX”. Deplorable. La bandera rojigualda nació en 1785 de nuevo diseño, elegida por Carlos III para dotar a la marina española de una enseña bien visible y que no pudiera ser confundida en la mar.
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Con frecuencia a las voces se las lleva el viento, pero siempre hay alguien dispuesto a tomar nota de lo que oye. Esta metedura de pata del corresponsal de El País en París la ha levantado
el blog “Aventures de l’Histoire”, de Balbino Katz, una web extremadamente aconsejable para los aficionados a la Historia .“Gorro de asno para El País”, titula el blog. Y aquí se relata el suceso: cuando el locutor de Du grain à moudre, con esa displicencia tan gabacha, mostró su extrañeza porque la bandera española es hoy la misma que con Franco, Octavi Martí, que ejercía de “experto” en las rarezas de España, ese pintoresco rincón africano, tomó la palabra para precisar que no, que fue una bandera de un regimiento militar del siglo XIX. Oceánicas lagunas, las del experto.
Rojo y gualda
El origen de la bandera de España (y del escudo nacional) lo cuenta, con pelos y señales, José Javier Esparza en su libro La gesta española: “La bandera española, roja y gualda, aparece formalmente el 28 de mayo de 1785. Reina en España Carlos III. Se ha hecho urgente la necesidad de distinguir con claridad a qué país pertenecen los barcos que te encuentras en la mar, porque las guerras son frecuentes y las equivocaciones pueden resultar catastróficas. El pabellón de España era blanco con las armas reales. Blanco como el de Francia, Gran Bretaña, Sicilia, Toscana… Carlos III encarga a su secretario de Marina, Antonio Valdés, que busque un pabellón visible a largas distancias. Así nace la bandera rojigualda. (…) Carlos III había escogido el diseño rojigualda buscando un distintivo práctico, pero esas no eran las únicas razones. Esos mismos colores habían sido usados en tierras españolas desde muy antiguo, tanto el rojo en sus distintas variantes –carmesí, encarnado, etc.- como el amarillo –gualda, oro viejo, etc.-. El distintivo rojo es tan antiguo como los guerreros iberos, que en sus cascos llevaban el penacho de ese color. Los visigodos, entre otras banderas, usaron estandartes amarillos con leones rojos rampantes. Después, a lo largo de la Reconquista, esos mismos colores aparecen en todos los reinos de España. Castilla tiene un castillo dorado sobre el pendón carmesí. Aragón, cuatro palos rojos sobre fondo amarillo. León, un león rojo. Navarra añadirá al pendón rojo las cadenas doradas”.
Esta bandera española, por cierto, está entre las más antiguas del continente. La tricolor francesa nace en la Revolución de 1789. La alemana negro-rojo-oro se instituye en los días de Weimar, en 1919. La británica y la española son anteriores, ambas del XVIII, y ambas también por motivos navales.
Es verdad que la bandera rojigualda se instituye formalmente en 1843, bajo Isabel II, como enseña nacional. ¿Se refería a eso el corresponsal de El País? Podemos dudarlo: si Martí supiera tal detalle con semejante precisión, sabría también que la rojigualda ya circulaba como bandera popular desde muchas décadas antes (por eso Isabel II oficializó esta, y no otra), que durante los años de la Guerra de la Independencia fue numerosas veces la enseña nacional de los españoles (porque la de José Bonaparte era de fondo blanco, como la de los Borbones), que en episodios como el sitio de Gerona ya se enarboló esta bandera roja y gualda (Gerona, sí, donde hoy queman fotos del Rey) y, sobre todo, que no venía de un “regimiento militar”, sino que era de uso oficial en la Armada española por orden de Carlos III.
No nos resistimos a traducir el párrafo con el que cierra su comentario Balbino Katz en el blog mencionado: “Fue este corresponsal de El País quien demostró un gran espíritu de apertura y tolerancia en febrero pasado al pedir, en France 5, el cierre de la cadena COPE y del diario El Mundo con argumentos dignos de otra época”.
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